Energías Renovables

Energías renovables
una alternativa en el presente
mié 11 junio 2003
FIJI/Madrid


El desastre del Prestige, la guerra por el petróleo, el cambio climático, la inseguridad nuclear... Es larga la lista de evidencias que muestran la necesidad de sustituir las energías sucias por renovables

La crisis del modelo energético actual es un hecho y la necesidad de avanzar hacia un modelo energético que no dependa de las energías sucias es una realidad. En este contexto las energías renovables juegan un papel clave, y desde Greenpeace estamos trabajando para que se produzca un avance real.

Está demostrado que la mejor manera de promover el uso de las energías renovables es el actual sistema de primas o incentivos económicos que reciben las renovables. Sin embargo, es necesario reforzar el sistema de primas para garantizar la rentabilidad de las inversiones en energías renovables.

Esto en algunos casos implicaría un aumento de las primas, pero el coste económico queda, sin duda, ampliamente compensado por el escaso coste ambiental que tienen estas energías frente a las convencionales.

Si tuviésemos la posibilidad de ver desglosadas en nuestra factura de la luz las fuentes de energía de las que procede procede la electricidad que consumimos y los impactos ambientales que producen, podríamos valorar estos costes ambientales. Podríamos disponer, además, de una información transparente que haga efectivo nuestro derecho a elegir un suministrador más verde.

En este sentido, durante los últimos meses hemos presentado informes y propuestas concretas a favor de las renovables. De momento, el Gobierno se ha mostrado insensible a nuestros planteamientos, y ha decidido reducir para este año las primas a las energías renovables, a pesar del clamor unánime de las comunidades autónomas en el Consejo Consultivo de Electricidad, en el que también participa Greenpeace. En el momento de cierre de este artículo el Gobierno estaba preparando una normativa para establecer unos criterios objetivos para la revisión de las primas, lo cual puede ser vital para la viabilidad de estas energías.

Eólica: Viento Fuerza 12

El informe Viento Fuerza 12 ha sido elaborado por Greenpeace y la Asociación Europea de la Energía Eólica (EWEA). Los ecologistas y las empresas del sector eólico hemos unido nuestras fuerzas para reivindicar el uso de esta energía limpia. Una energía fundamental para reducir las emisiones contaminantes de CO2 causadas por las centrales térmicas y sustituir a los combustibles fósiles (como petróleo y carbón) como fuentes de energía.

Según el informe, la energía eólica en el mundo ya satisface las necesidades de electricidad de unos 14 millones de hogares, más de 35 millones de personas.

Es la fuente de energía que está creciendo más rápidamente en el mundo, y si los gobiernos le aseguran el necesario apoyo político, puede generar para el año 2020 el 12% de toda la electricidad mundial y el 20% en Europa.

España tiene un potencial eólico técnicamente aprovechable de 43.000 MW.
Este potencial da margen suficiente para satisfacer en el 2020 un 20%, como mínimo, de la demanda eléctrica prevista. El Plan de infraestructuras energéticas del Gobierno prevé 13.000 MW eólicos en el 2011, cuya generación podrá satisfacer el 9% de la demanda prevista de electricidad, pero no permite que a partir de ahí continúe el crecimiento eólico, al establecer un límite injustificado a la cantidad de energía eólica que se puede inyectar en la red eléctrica.

Biomasa: la energía vegetal

La biomasa (aprovechamiento energético de la materia orgánica) es la fuente de energía renovable que más aportación puede realizar, junto con la eólica, en la próxima década. Conscientes de su importancia, Greenpeace, Ecologistas en Acción, CC.OO. y la Asociación de Productores de Energías Renovables han acordado unos criterios ambientales por los que debe regirse su desarrollo.

Apoyamos el uso de biomasa por razones ambientales: es un combustible no fósil, que contribuye a reducir las emisiones de CO2 y almacena a corto plazo la energía del sol. Aunque su uso debe ir unido a unos criterios ambientales que aseguren un correcto desarrollo que permita un máximo aprovechamiento de su potencial sin dar lugar a otros problemas ambientales. El objetivo debe ser impulsar aquellas formas de aprovechamiento de la biomasa que sean sostenibles y ambientalmente aceptables, cerrando el paso a aquellas otras que sean perjudiciales para el medio ambiente.

En consecuencia, apoyamos el establecimiento de primas específicas para cada tecnología de aprovechamiento de la biomasa, que garanticen su viabilidad económica, vinculadas al cumplimiento de estos criterios ambientales.


José Luis García Ortega, campaña de energía limpia y Alicia Cantero Cerezo, campaña de energía limpia.
Greenpeace, España.